Una IGP es una designación de calidad utilizada en la Unión Europea para proteger y promover productos agrícolas y alimentarios tradicionales de una región específica. Esta designación implica que ciertos productos, como carnes, quesos, vinos u otros alimentos, tienen características específicas relacionadas con su origen geográfico, métodos de producción y calidad.
Para la normalización de estos productos aparecen una serie de disposiciones comunitarias y nacionales, reguladas por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, entre las que destaca el “Reglamento (CE) nº 510/2006 del Consejo, de 20 de marzo de 2006, sobre protección de las indicaciones geográficas y de las denominaciones de origen de los productos agrícolas y alimenticios”.
Los productos con una Indicación Geográfica Protegida (IGP) poseen alguna cualidad determinada o reputación u otra característica que pueda atribuirse a un origen geográfico y cuya producción, transformación o elaboración se realice en la zona geográfica delimitada de la que también toma su nombre.
Las indicaciones geográficas protegen su producto contra toda usurpación o imitación de la denominación registrada y garantiza el verdadero origen del producto para sus consumidores. La protección garantiza al consumidor y a todos los productores de la zona geográfica determinada derechos colectivos sobre el producto, siempre que se cumplan determinados requisitos.